Parece ser que llegó el momento de decir basta. De que alguien pare la pelota y le ponga coto a esto. A esta locura en la que nos convertimos todos los hinchas del fútbol los fines de semana. Porque por mas que nos duela, no se ve una salida simple a todo este desenfreno, a esta agresión, a esta locura que nos lleva a matarnos unos a otros por “solo” el color de nuestras camisetas.
Parece ser que dejamos libre todas las frustraciones de la vida cotidiana y semanal, en noventa minutos el día domingo, insultando, escupiendo, degradando y dejando salir nuestros mas bajos instintos y nuestros mas denigrantes actos.
Porque es momento de dejar de echarles la culpa a los dirigentes, a los jugadores, a la policía, y darnos cuenta que somos nosotros los que nos colgamos del alambre a insultar, somos nosotros los que tiramos piedras, somos nosotros los que preparamos emboscadas a las barras rivales.
Llegó la hora de ser un poco más realistas, aceptar las cosas como son, y ver de acá en adelante que podemos hacer, nosotros mismos para cambiar el rumbo de esta locura.
Fácil es echarle la culpa a barrabravas, echarle la culpa a la ignorancia, a la gente sin recursos, pero con solo ver las plateas de las canchas argentinas, nos daremos cuenta (si queremos) que la locura viene de los cuatro lados, haciendo caso omiso al grosor de nuestras billeteras.
Desde acá, solo queda un pedido de reflexión, pensemos en que nos estamos convirtiendo, y si queremos seguir por este rumbo, o si todos podemos hacer algo mas por cambiar esto.
